Los jóvenes latinoamericanos tienen por delante un enorme desafío: ser conductores de un proceso de desarrollo económico y social que permita, a la vez, reducir la pobreza y los abismantes índices de desigualdad socioeconómica, que atentan contra la estabilidad y la convivencia; promover un crecimiento económico basado en fundamentos sustentables a largo plazo y competitivos en el contexto mundial, y mejorar la calidad de vida en los países de la región.
Se trata, sin duda, de un objetivo difícil de lograr y que, de hecho, ha sido esquivo para las generaciones anteriores. Sin embargo, los jóvenes actuales cuentan con ventajas para hacerlo realidad. Tienen niveles de educación más altos que sus progenitores; están familiarizados con las nuevas tecnologías de producción, comunicación, manejo y procesamiento de información, cuyo conocimiento y uso serán claves para el desempeño de las naciones y de las personas en el futuro; han experimentado el ritmo incesante del cambio, lo que los hará capaces de enfrentar las transfor-maciones futuras con mayor flexibilidad y rapidez y se desenvolverán en un escenario demográfico más holgado, tanto por la tendencia a la estabilización de las cohortes jóvenes como por el mayor número de opciones para orientar las conductas demográficas. No obstante, la evidencia empírica disponible tiende a relativizar las conclusiones alentadoras que se desprenden de tales razonamientos, ya que persisten, e incluso se agudizan, altos grados de exclusión social de los jóvenes, claramente reflejados en sus tasas de desempleo; se mantienen o elevan las probabilidades de que practiquen conductas riesgosas (en particular, en los ámbitos de la sexualidad y de la reproducción), ilícitas, violentas, escapistas o anómicas y no hay atisbos de que su participación en la toma de decisiones se vuelva más activa. El presente documento es el resultado de un mandato que el CELADE-División de Población de la CEPAL recibió de los países en el vigesimo-séptimo período de sesiones de la Comisión (Aruba, 1998). En él se debaten y analizan dos tendencias contrapuestas: la de las ventajas potenciales y la de las dificultades reales de los jóvenes y se pone un especial énfasis en la importancia que revisten las decisiones de tipo sociodemográfico ?entre ellas las relativas al comportamiento migratorio y a la conducta sexual, nupcial y reproductiva? para las opciones de movilidad social y de acumulación de activos y capacidades de los jóvenes. Además, se destaca el papel de las políticas públicas dirigidas a ellos, subrayando los obstáculos que presenta su diseño y aplicación, la pertinencia de involucrar a los diversos agentes sociales, sobre todo a los mismos jóvenes, en su preparación, ejecución y evaluación y la necesidad de concertar acciones coordinadas de tipo sectorial, que permitan intervenciones conjuntas de índole más bien transversal. Es importante reconocer el enorme respaldo que brindó el Fondo de Población de la Naciones Unidas (FNUAP) para la elaboración de este documento. Además de proporcionar asistencia financiera, lo que permitió estructurar un equipo de trabajo de alto nivel, aportó orientaciones sustantivas y metodológicas que beneficiaron el documento, y dispuso que profesionales de su equipo de apoyo técnico (EAT) para América Latina y el Caribe colaboraran directamente en su preparación. |
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. E. Galeano
jueves, 10 de junio de 2010
Juventud, Población y Desarrollo en America
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